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La fardela blanca es un ave migratoria que llega a territorio chileno en primavera para anidar, siendo la Isla Mocha y el Archipiélago Juan Fernández sus áreas predilectas. Luego de su proceso de reproducción, el ave retorna al verano del hemisferio norte. Sin embargo, durante la crianza y migración, muchos mueren intentando alimentarse de los cardúmenes de sardina y anchoveta, atrapadas en las redes de pesca artesanal.
Este hecho motivó a la ONG BirdLife International-Codeff, a través de ATF-Chile, a iniciar un proyecto que monitoreara estas flotas en 2008, siendo posteriormente convocado Patricio Krause a participar de él. Su vasta experiencia en alta mar y en el área del arte de pesca fue clave para esta invitación.
El trabajo piloto incluyó la modificación de tres embarcaciones artesanales de Talcahuano. Los resultados fueron positivos, y se logró reducir la muerte de aves marinas por lo que la decisión fue seguir escalando. Fue así como el proyecto fue presentado a Blumar empresa que sumió el desafío de incorporarse al proyecto, apoyando el desarrollo de ingeniería y aportando económicamente con 75 mil dólares a la modificación de ocho embarcaciones en Valdivia, espacio en donde la compañía mantiene operaciones con estrecho vínculo con los armadores artesanales.
El gerente de Operaciones Pesca de Blumar, Enrique Cisterna, comenta que la decisión de participar no fue fácil, había que crear confianzas, y tomar un riesgo muy alto en este trabajo colaborativo. “Sin duda este hecho ha marcado una evolución, una metamorfosis en nosotros. Involucrarnos activamente poniendo el foco en proteger un ave marina fue algo realmente innovador para todos, un aporte a nuestra nueva forma de mirar el trabajo y un cambio en la estrategia de enfrentar los desafíos que el mundo nos impone con tendencia a los equilibrios de la mano de una producción más consciente”, destacó.
No ha sido un camino fácil. Es un cambio de cultura muy lento, pues hay formas de trabajo y estructuras en las redes de pesca que están bien arraigadas, cuenta Patricio Krause. Asimismo, agrega que la intervención corresponde a la ingeniería del arte de pesca. “El proyecto contempla cambios de materiales en las embarcaciones, por ejemplo, reinetas (tela que va en la estructura del cabo), zipper en la estructura o cenefas, con un tamaño de malla aumentado para que aves marinas como fardelas y pelícanos no queden atrapadas en la trama de la red, cambios de porcentajes de red para reducir excedentes de material, estructuras en la línea de flotadores, así como modificaciones en la línea de plomo y reducción de altura en los copos”.
Cristián Suazo, coordinador de proyecto ATF Chile, comentó que el monitoreo ha logrado cerca del 98% de reducción experimental de la captura de aves en puntos negativos de enganche con el arte de pesca. “Lo que más nos estimula es que hemos diseñado un conjunto de recomendaciones para medidas de mitigación que queremos compartir como señal de confianza al trabajar en colaboración junto con Blumar. Esto destaca el rol clave de esta empresa en alcanzar, pero también promover estándares de buenas prácticas en forma proactiva”, puntualizó Cristián Suazo.